La fuerza submarinista de chile es una de las más antiguas y prestigiosas de América Latina. Su origen se remonta al año 1917, cuando el gobierno chileno adquirió dos submarinos franceses de la clase F, bautizados como Capitán O'Brien y Capitán Muñoz Gamero. Estos submarinos fueron los primeros en cruzar el estrecho de Magallanes y participaron en diversas misiones de entrenamiento y vigilancia.
En las décadas siguientes, la fuerza submarinista de chile fue ampliando y modernizando su flota con la incorporación de submarinos alemanes, italianos y estadounidenses. Entre ellos se destacan el General Carrera, el Simpson, el Thomson y el O'Higgins, que formaron parte de la escuadra nacional durante la Segunda Guerra Mundial. También se destaca el Simpson, que fue el primer submarino sudamericano en realizar una inmersión a más de 100 metros de profundidad.
En la actualidad, la fuerza submarinista de chile cuenta con cuatro submarinos operativos: dos de la clase Scorpène, construidos en Francia y España, y dos de la clase 209/1400, construidos en Alemania. Estos submarinos son capaces de realizar operaciones de guerra antisubmarina, guerra antisuperficie, reconocimiento, inteligencia, patrullaje y apoyo a fuerzas especiales. Además, la fuerza submarinista de chile tiene un alto nivel de entrenamiento y cooperación con otras marinas aliadas, como las de Estados Unidos, Brasil y Perú.
La fuerza submarinista de chile es un orgullo para la Armada y para el país, pues representa una capacidad disuasiva y estratégica en el ámbito marítimo. Su historia es una historia de valor, sacrificio y profesionalismo, que ha contribuido a la defensa y al desarrollo nacional.
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